Como ya esbozamos en una contribución anterior, en la película Gartxot, konkista aitzineko konkista, siguiendo la línea de la novela en que se inspira (Arturo Campión, El bardo de Izalzu, 1917), el bardo canta en euskera las hazañas de su pueblo. Se trata de la mítica batalla de Roncesvalles u Orreaga (778) en la que los vascones vencieron a la retaguardia del ejército de Carlomagno, dando muerte al sobrino de este, Roldán, y sus pares.
En el film que comentamos no aparece el canto de Altobizkar tal como lo recoge Campión en su novela y se refiere a éste con el nombre de «canto de Orreaga», que es prohibido por los nuevos religiosos (Conques) y sustituido por la Chanson de Roland.
La propia música del film corre a cargo del cantautor vasco Benito Lertxundi. Éste hizo en su día una versión del canto de Altabizkar (Altabizkar / Itzalzuko bardoari, 1981). La versión de Lertxundi, como tantas otras canciones de este autor, ha tenido mucho éxito por su fuerte carga simbólica y sentimental.
Para que nos hagamos una idea del sentido que tiene el Canto de Altobizkar en la novela de Campión, veamos qué reacciones causa la entonación del mismo por parte de Gartxot y su hijo Mikelot:
-¿Quiénes son esos euskaldunas que se dicen vencedores de Carlomagno?
Y como el Abad de Orreaga y los pastores les respondiesen que eran los antepasados de ellos, los peregrinos les gritaban desabridamente, discurriendo lógicamente sobre principios falsos:
-Sarracenos! sarracenos! quitaos de ahí, que nos impurificáis con vuestro hedor mahometano.
(«Narraciones Bascas II. El bardo de Itzaltzu«, Zarauz, Editorial Itxaropena, 1934, p.94)
Está clara la contraposición entre la Iglesia, que sería favorable a la europeización, al Imperio Carolingio, con el Camino de Santiago como medio evangelizador frente al Islam, y la identidad vasca, cristalizada en la victoria de los vascones sobre el ejército de Carlomagno, paladín de la Cristiandad. Una vez más, la Iglesia, el Cristianismo, viene a extranjerizar y a aliena a los vascos.
Ya hablamos en la entrada sobre El euskera en Roncesvalles de la contribución de la Colegiata y sus canónigos a la lengua vasca. En esta ocasión le toca al famoso Canto de Altobizkar. ¿Qué podemos decir de él? Pues, simple y llanamente, que es una falsificación.
«El Canto de Altobizkar se publicó por primera vez el año 1834 en un artículo de M. Garay de Monglave, secretario de la Sociedad titulada Institut Historique. Fue presentado como canto contemporáneo de Carlomagno, conservado por tradición oral en ambas vertientes del Pirineo. Garay afirma haber visto en casa del conde de Garat el pergamino donde se había conservado el texto antiguo» (para todo este tema se ha seguido el artículo de ANAUT, Bernardo, Altabizkar-ko kantua de la Enciclopedia Auñamendi).
«Este pergamino habría pertenecido al famoso Tour d’Auvergne quien lo habría recibido en San Sebastián el año 1794 de manos del Superior de un convento de la ciudad. Claro que Garay, deseoso de avalorar el hallazgo con detalles conservados oralmente, reconstruyó el canto antes de darlo a la publicidad.
El hallazgo dio mucho que hablar a los especialistas de su tiempo y armó mucho revuelo. Vemos artículos sobre este canto en Actes de la Académie de Bordeaux (1855), Revue Béarnaise et Pyrénéenne ( 1863), Histoire du caractére et de l’esprit français ( 1867), Journal des Débats (1838) y Dublin University Magazine (1875).
F. Michel creyó en su autenticidad aunque expresó incidentalmente sus dudas al respecto. Creyó en la antigüedad de este canto pero fundándose en el sentimiento general de la pieza que distingue entre todos su doble enumeración de guerreros tan original y de un efecto tan potente. Después de compararlo con otros cantos similares de la antigüedad acaba descubriendo un cierto parecido con el poema bohemio de fines del s. XV, la Défaite de Saxons, publicado por Wencelas Hanka.
Pero en diciembre de 1883, el sabio inglés reverendo Wentworth Webster descubrió una de las más grandes patrañas literarias. El canto había sido compuesto en francés por el bayonés Garay de Monglave, que no sabía vascuence, en París, donde residía como estudiante. Lo compuso para cantarlo en las reuniones de estudiantes vascos. Uno de los compañeros, Louis Duhalde d’Espelette lo tradujo al vasco, en verso libre.
Webster publicó su sensacional descubrimiento en el Boletín de la Real Academia de la Historia del año 1883. O sea, que el mítico canto que refleja las glorias de la patria, que recogió Campión en su novela y que retoma Urmeneta en su película resulta ser una falsificación del s. XIX., como otras tantas que hubo».
Y es que «no es este de Altabizkar el único cantar falsificado presentado como antiguo. Otros ejemplos de ello son el Canto de Aníbal de Xaho, el Canto de Alós de Arakistain, el Canto de Heren-sugea de Belzuntze de Hiribarren, el Canto de Abarca de Michel o el Canto de Beotibar de Otaegi, todos estos resultado de la influencia del escocés James Mcpherson y de su creación Fingal atribuida al bardo Ossian» (BIDADOR, Joxemiel, El euskera y la literatura en lengua vasca en la obra de Arturo Campión, Fontes Linguae Vasconum, no 102, 2006, págs. 299-320).
¿Esta es la cultura y la historia vascas que nos ofrecen? ¿La que se basa en la falsedad y en el mito?
A continuación el Canto de Altobizkar (tomado de www.euskomedia.org):
I. |
Oiu bat aditua izan da |
Eskualdunen mendien artetik, |
Eta etxeko jaunak, bere atearen aitzinean xutik, |
Ideki tu beharriak eta erran du: |
«Nor da hor? Zer nai dautet?» |
Eta xakurra, bere nausiaren oinetan lo zaguena(k) |
Altxatu da eta karrasiz Altabizkarren inguruak bete ditu. |
I. Un grito ha sido oído -en medio de los montes de los vascos -y de pie, delante de su puerta, el etxeko-jaun -ha tendido la oreja y ha dicho: -¿Quién está ahí? -¿Qué me quieren? -Y el perro, que dormía a los pies de su amo, se ha levantado y ha llenado con sus ladridos los alrededores de Altabiskar.
II. |
Ibañetan lepoan harraóots |
bat agertzen da, |
Urbiltzen da, arrokak esker eta eskun jatzen dítuelarik; |
Hori da urrundik heldu den armada baten burrunba. |
Mendien kopetetarik guriek errepuesxa eman diote; |
Berek duten seinua adiarazi dute, |
Eta etxeko jaunak bere dardak zorrozten tu. |
II. Resuena un fragor en el collado de Ibañeta -Se acerca chocando contra las rocas de la derecha y de la izquierda -Es el estruendo de un ejército que de lejos llega -Los nuestros han respondido desde lo alto de los montes -Han hecho oir la llamada de consigna -Y el etxeko-jaun afila sus dardos.
III. |
Heldu dira! heldu dira! zer lanzazko sasia! |
Nola zer nahi kolorezko banderak |
heien erdian agertzen diren! |
Zer zimiztak atheratzen diren heien armmetarik! |
Zenbat dira? Haurra, kontatzak ongi: |
Bat, biga, hirur, laur, bortz, sei, zazpi, zortzi, |
bederatzi, hamar, hameka, hamabi, hamahirur, |
hamalaur, hamabortz, hamasei, hamazazpi, |
hemezortzi, hemeretzr, hogoi. |
III. Ya vienen, ya vienen, ¡qué bosque de lanzas! – Cómo flotan en medio de ellas enseñas de todos los colores! -¡Qué chispas saltan de sus armas! ¿Cuántos son? Hijo, cuéntalos bien: -uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve, diez, once, doce, trece, catorce, quince, diez y seis, diez y siete, diez y ocho, diez y nueve, veinte.
IV. |
Hogoi eta millaka oraino. |
Heien kondatzea denboraren galtzea liteke. |
Urbilt ditzagun gure beso zailak, |
errotik athera ditzagun arroka horriek. |
Botha ditzagun mendiaren patarra behera |
Heien buruen gaineraino; |
Leher ditzagun, herioaz jo ditzagun. |
IV. Veinte, y a millares todavía -Se pierde el tiempo en contarlos -Acerquemos nuestros nervudos brazos, saquemos de raíz esas rocas, y arrojémoslas monte abajo -Sobre sus cabezas -¡Aplastémosles, hirámosles de muerte!
V. |
Zer nahi zuten gure mendietarik |
Norteko gizon horiek? |
Zertako jin dira gure bakearen nahastera? |
Jaungoikoak mendiak in dituenean, gizonek |
ez pasatzea nahi izan du. |
Bainan arrokak birihilkolika erortzen dira, |
tropak tehertzen dituzte. |
Odola xurrutan badoa, haragi puskak dardaran daude. |
Oh! zenbat hezur karraskatuak! zer odolezko itsasoa! |
V. ¿Qué querían de nuestros montes esos hombres del norte? -¿Por qué han venido a turbar nuestra paz? -Cuando Dios hizo las montañas, quiso que los hombres no las franqueasen. -Pero las rocas caen derrumbándose, y aplastan las tropas -Brota la sangre a torrentes, las vísceras palpitan. -¡Oh! ¡Cuántos huesos astillados! -¡Qué mar de sangre!
VI. |
Eskapa! eskapa! indar eta zaldi dituzuenak. |
Eskapa hadi, Karlomano errege, hire luma beltzekin eta hire kapa gorriarekin; |
Hire iloba maitea, Errotan zangarra, hantxet hila dago; |
Bere zangartasuna beretako ez du izan. |
Eta orai, Eskualdunak, utz ditzagun arroka horiek; |
Jauts ghiten fite, iqor ditzagun gure dardak eskapatzen direnen kontra. |
VI. Huid, huid los que os quedan fuerzas y un caballo! -¡Escapa, rey Carlomagno, con tu pluma negra y tu capa colorada! -Tu sobrino querido, el valiente Roldán, yace allí muerto! -Su valor de nada le ha servido -Y ahora, vascos, dejemos estas rocas, descendamos veloces y disparemos nuestras flechas a los que huyen.
VII. |
Badoazi! badoazi! non da bada lantzezko sasi [hura? |
Non dira heien erdian ageri ziren zer nai kolorezko bandera hek? |
Ez da geiago zimiztarik ateratzen heien arma odolez betetarik |
Zenbat dira? Haurra, kondatzak ongi: |
Hogoi, hemeretzi, hemezortzi, hamazazpi, hamasei, |
hamabortz, hamalaur, hamahirur, hamabi, |
hameka, hamar, bederatzi, zortzi, zazpi, sei, |
bortz, laur, hirur, biga, bat. |
VII. Ya marchan, ya huyen, ¿dónde está aquel bosque de lanzas? -¿Dónde están aquellas banderas de todos los colores que en medio de ellos flotaban? -Ya no saltan chispas de sus ensangrentadas armas-¿Cuántos son? Hijo, cuéntalos bien. -Veinte, diez y nueve, diez y ocho, diez y siete, diez y seis, quince, catorce, trece, doce, once, diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno.
VIII. |
Bat! ez da bihirik agertzen geiago. |
Akabo da. Etxeko jauna, joaiten ahalzira zure xakurrarekin. |
Zure emaztearen eta zure haurren besarkatzera. |
Zure darden garbitzera eta altxatzera, |
zure tutekin eta gero heien gainean etzatera eta lo itera. |
Gabaz, arranaak joanen dira aragi puska lehertu horien jatera, |
Eta ezur horiek oro xurituko dira eternitatean. |
VIII. ¡Uno! ¡ya ninguno se divisa! -Terminó, Etxeko-Jauna, puedes marcharte con tu perro, a abrazar a tu esposa y a tus hijos. -Limpia tus dardos y guárdalos con el cuerno para luego echarte encima de ellos a dormir. Por la noche, las águilas irán a comer esos trozos reventados de carne y todos esos huesos se blanquearán durante una eternidad.
Religión en Navarra
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