Se ha publicado el nuevo currículo de Religión Católica y la catarata de soflamas contra la Religión en la Escuela se ha desbordado como un auténtico tsunami. Uno de los argumentos tópicos ha sido el que dice que «se evaluará que los alumnos comprendan el origen divino del cosmos» o «el creacionismo» (lean aquí). Se opone así la Religión a la razón y a la ciencia. ¡Cuidado! El oscurantismo vuelve a las aulas…
Estamos de acuerdo en que las aulas no están para adoctrinar. Por eso, les queremos preguntar a nuestros iluminados del siglo XXI por qué no dijeron nada cuando se publicó el currículo LOMCE de ESO y Bachillerato, pues los alumnos van a tener que estudiar (¡cómo no!) a una pléyade interminable de científicos creyentes, algunos de ellos sacerdotes, que compatibilizaron perfectamente su quehacer científico con la convicción filosófica o religiosa de la creación divina del universo.
Es el caso de Newton, Kepler, Galileo, Pasteur, Ampère, Mendel, Lemaître (padre del Big Bang), Max Planck o Heisenberg, entre otros. Es más que evidente el tufo ideológico de esta campaña -una más- contra la enseñanza de la Religión. Y es que cuando nuestros propagandistas laicos hablan de ciencia, no piensan en el Big Bang o en las leyes de la herencia genética, sino en la religión laica de la adoración del Estado. Deberían permitir que en la Escuela se enseñara ciencia y no ideología.
Martín Sanz Iriarte