01 octubre 2012
Francisco Andueza
Por medio de estas líneas quisiera dar a conocer a la opinión pública el desastre laboral que han sufrido los profesores de Religión Católica en el presente curso 2012-2013. El Gobierno de Navarra ha despedido a catorce profesores de esta asignatura y a otros sesenta y cuatro les ha reducido la jornada. Estos profesores no son interinos a los que se les contrata temporalmente para hacer sustituciones. Son empleados fijos de la enseñanza pública.
Para justificar esta debacle, se apela a veces a la ineludible política de recortes que afecta a todos los docentes. El aumento del horario lectivo de los profesores y de la ratio (número de alumnos) por aula habría impuesto la necesidad de recortar las jornadas laborales a los profesores de Religión. Pero lo cierto es que a los profesores de las demás materias, cuando no cuentan con las horas suficientes de su asignatura, se les completa el horario con otro tipo de funciones (tutorías, biblioteca, convivencia, etc.). ¿Por qué no se hace lo mismo con los profesores de Religión?
También se suele apelar al descenso del número de alumnos matriculados en Religión para reducir las horas de esta área. Sin embargo, hay que decir que desde hace muchos años se vienen dando ilegalidades que afectan de lleno en la matrícula de Religión Católica. Ha habido centros en los que ni siquiera se ofrecía la asignatura porque así lo disponía la Dirección, a pesar de que la oferta es obligatoria por ley; se han denegado horas de Religión por parte de la Inspección educativa a pesar de haber alumnos matriculados; se ha utilizado la asignatura alternativa a la Religión para salir al patio, dejar tiempo libre, reforzar otras materias troncales, hacer los deberes… Ni la Religión ni ninguna otra asignatura pueden competir con una alternativa de este tipo.
Más aún, algunos profesores de Religión tienen que lidiar con ciertos inspectores de Educación que hacen todo lo posible por torpedear el normal desarrollo de esta materia. En algunas ocasiones, estos inspectores intentan ocultar la existencia de alumnos matriculados en Religión o aducen que son pocos para no conceder horas a esta asignatura en un centro. Otras veces, a pesar de que la Dirección del centro ve necesario que el profesor de Religión desempeñe una determinada labor suplementaria, el inspector niega las horas correspondientes porque no quiere considerar al profesor de Religión en igualdad de condiciones que al resto del claustro. Incluso se ha llegado a dar el caso de inspectores que se dirigen de modo irónico o despectivo al profesor de Religión, con especial prepotencia si el titular de la asignatura pertenece al género femenino…
Durante años el Gobierno de Navarra ha hecho caso omiso de las quejas que se le han hecho llegar por todas estas irregularidades. En cambio, en otros temas no le tiembla el pulso para aplicar la ley hasta sus últimas consecuencias. Es el caso, por ejemplo, de los objetores de Educación para la Ciudadanía, algunos de los cuales tuvieron consecuencias muy graves por mantenerse fieles a su conciencia.
Fuente: www.navarraconfidencial.com
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