La reforma suprimirá la Selectividad al ser sustituida por una prueba final de Bachillerato de carácter nacional
Habrá pruebas de evaluación también al final de la Primaria y de la ESO y se repetirá con dos asignaturas suspensas
El documento prevé que se cursen, a partir de 2º de la ESO, programas de mejora del aprendizaje y del rendimiento académico, así como de cualificación profesional, según informa el Ministerio de Educación. El Gobierno quiere adelantar a 3º de la ESO la elección de «itinerarios» mediante materias optativas y «convertir» el 4º y último en un curso de «iniciación» con dos trayectorias «bien diferenciadas», hacia Bachillerato y hacia Formación Profesional.
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, ha señalado que la posibilidad de elegir alguna materia optativa en 3º de ESO orientada a estudios académicos o profesionales no será determinante en cuanto al recorrido posterior del alumno. Ha rechazado que se vaya a dirigir a los estudiantes hacia unos itinerarios u otros en función de las notas, y se procurará que los elijan ellos mismos con sus familias según sus aptitudes. También ha rechazado la visión de la FP como estudios de «segunda división».
Sobre los programas de cualificación profesional inicial, ha dicho podrán ser derivados hacia ellos alumnos con 15 años cumplidos siempre que lo deseen, ha comentado. El ministro ha indicado que la ESO no permite actualmente anticipar la elección de itinerarios a los estudiantes, así que se produce lo que ha denominado «un abandono psicológico» de los alumnos que no se identifican con la formación que les ofrece.
Según Wert, se eliminará «una buena parte de las distintas modalidades» y decenas, incluso cientos, de alternativas de combinación de asignaturas de la Secundaria, que se han manifestado «ineficientes», en lo que ha definido como «compactación» del sistema. «Priorizar lo instrumental y reducir la optatividad», ha resumido.
Habrá evaluaciones externas censales y nacionales al final de cada etapa, que serán diseñadas por el Gobierno en las enseñanzas mínimas y por las comunidades autónomas en la parte restante. La del final de Primaria se centrará en las competencias básicas en escritura, lectura y matemáticas.
Wert ha insistido en que desea abrir un diálogo muy amplio y profundo, no sólo con toda la comunidad educativa, que comenzará a partir de la semana próxima, sino con todas las fuerzas políticas, para que la reforma sirva de referencia para muchos años y tenga estabilidad como clave de su éxito. Ha destacado como retos la equidad, para que nadie por razones económicas o de otro tipo quede al margen de las posibilidades de la Educación.
Todos los alumnos tienen talentos, ha señalado, que son distintos, por lo que el sistema tiene que conseguir que cada uno de ellos llegue al desarrollo óptimo de su potencial. Para ello, ha dicho, no hay que dedicar atención sólo a los recursos invertidos, sino también a los resultados, para que el abandono y el fracaso escolares (en el entorno del 26 por ciento), que doblan prácticamente la medias europeas, se reduzcan. También se pretende mejorar los resultados comparativos de la evaluación internacional de alumnos de 15 años de PISA, donde España se ha estancado y sólo un 3 por ciento de sus alumnos tienen resultados de excelencia, frente al 8 por ciento de media europea.
Los costes del nuevo modelo tendrán una consideración «muy cuidadosa», para que el ahorro por la «compactación» compense los nuevos que pudieran ocasionarse, con vistas a que la consolidación hasta 2020 sea «muy prudente» en términos de financiación. El ministro ha explicado la evolución creciente de la inversión pública en Educación entre 2000 y 2009, sin que los resultados revelen avances, ha asegurado, sino ciertos retrocesos, por lo que ha defendido que la reforma se acompañe de una utilización eficiente de los recursos.
Por otro lado, la reforma educativa que plantea el Gobierno prevé una prueba obligatoria al final del Bachillerato para obtener el título de esta etapa educativa, que también servirá para acceder a las universidades, aunque éstas podrán convocar exámenes propios adicionales de ingreso. Para calcular la nota, la calificación de los cursos de Bachillerato tendrá un valor del 60 por ciento y la de la prueba citada al final de esta etapa, del 40 por ciento, siempre que en ella se obtenga como mínimo un 5.
También tendrán que hacer una prueba quienes acaben la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) y quieran seguir en el Bachillerato o la FP. Para obtener el Graduado en ESO habrá que aprobar todas las asignaturas de la etapa o superar la prueba prevista al final de los estudios obligatorios para seguir en los postobligatorios.
La evaluación que se prevé al final de la Primaria servirá para comprobar si el alumno domina los conocimientos y destrezas básicos de lectura, escritura, aritmética e idiomas para pasar a la ESO. No superar esta prueba significará que el alumno deberá cursar de nuevo sexto curso (último) de Primaria si no hubiera repetido durante esta etapa. Si ya hubiera repetido, pasaría a ESO con un informe sobre las necesidades de mejora y refuerzos y apoyos que necesita. Llegar a la FP de Grado Superior desde la de ciclo medio sería posible a través de pruebas de los centros, y no solo aprobando Bachillerato como ahora.
También el Ministerio propone reforzar la carga lectiva de asignaturas como matemáticas, lengua y ciencias en un 25 por ciento, principalmente en el Bachillerato, y en parte también en ESO, ya que se suprimirían otras materias. Educación abre la semana que viene un período de diálogo con la comunidad escolar y fuerzas políticas con la idea de que el Consejo de Ministros envíe el proyecto de Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa al Parlamento antes de final de año.
Sindicatos de enseñanza piden diálogo «constructivo» para afrontar la reforma
Por Magisnet
Diversos sindicatos del sector de la enseñanza han pedido que se establezca un diálogo «constructivo» y «urgente» después de que el ministro de Educación, José Ignacio Wert, haya adelantado las líneas generales de la futura reforma educativa. Wert ha anunciado que el Gobierno prevé reducir el número de asignaturas y vías formativas y aumentar las horas de las materias instrumentales, tanto en Secundaria Obligatoria (ESO) como en Bachillerato. A su vez habrá evaluaciones externas al final de cada etapa.
Además se prevé adelantar a 3º de la ESO la elección de «itinerarios» mediante materias optativas y «convertir» el cuarto y último curso de «iniciación» con dos trayectorias bien diferenciadas: hacia Bachillerato y hacia Formación Profesional. Por otro lado, Wert ha anunciado que los alumnos de grados universitarios tendrán que haber sacado al menos un 5,5 en selectividad (excluida la fase específica) para obtener tanto una beca general como una de salario/ayuda compensatoria en el próximo curso (2012-13), y una puntuación mínima de 6,5 desde el siguiente (2013-14). Además el beneficiario de la beca estaría obligado a reintegrar la cuantía si no aprobase al menos la mitad de los créditos matriculados en el curso.
Escuelas Católicas valora, en un comunicado, las pruebas que se realizarían al finalizar cada etapa y cree que son positivas «siempre que tenga un carácter principalmente motivador». Además de valorar los itinerarios, señala que lo más relevante es la autonomía real que tengan los centros para afrontar y desarrollar proyectos educativos atractivos. «Por eso apreciamos que el ministerio apueste por fomentar la autonomía de los centros, de tal forma que permita implantar propuestas pedagógicas mucho más estimulantes», subrayan.
El sindicato ANPE califica de «positivo» el anuncio y espera que el punto de partida de esta reforma «no sea el panorama de recortes continuos que el sistema educativo viene sufriendo desde hace más de dos años sino que el Gobierno plantee una verdadera reforma, ambiciosa y con visión de futuro» con una financiación suficiente. A su vez, indican que en el diálogo que se lleve a cabo aportarán la opinión del profesorado, y esperan un «mensaje inequívoco de compromiso del Gobierno con la educación», así como de su voluntad de convertirla en política prioritaria como herramienta de futuro.
Por su parte, FE-CCOO ha pedido, en una nota, un diálogo «constructivo», e indica que cualquier reforma «debe pasar por el incremento real de su calidad» y por la mejora de la igualdad de oportunidades. Además, opina que «es muy fácil anunciar públicamente el deseo de reforzar la enseñanza de la lengua, las matemáticas o el inglés, mientras se reducen masivamente los efectivos docentes y se masifican las aulas». A su vez se oponen a la reducción de materias optativas y reiteran que sólo reforzando la educación se puede salir de la crisis en las condiciones idóneas.
En declaraciones a EFE, el presidente de la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae), Álvaro Ferrer, ha señalado que comparte el fondo de la reforma de lucha contra el abandono, aunque han pedido diálogo para abordar la reforma. «Las prisas son enemigas de las políticas de educación», ha indicado Ferrer, quien ha añadido que si no se llega a un pacto político que sustente la educación «sólo se acumularán reformas».
Desde STES-Intersindical opinan, en un comunicado, que la reforma es una «vuelta a los ‘fracasados’ itinerarios de la época del expresidente del Gobierno José María Aznar» y considera que así no se mejorará la calidad del sistema. Por último, para STES-i «es necesario mejorar el sistema educativo» y con las medidas tomadas en los últimos años se había reducido, en su opinión, el abandono escolar, aunque ahora esta mejora «se verá truncada». A su vez, creen que la masificación en las aulas no permitirá una atención personalizada y que desaparezca religión como materia de oferta obligada en los centros.
Hoy, primera reunión entre Wert y los sindicatos después de la huelga de Educación
Estas organizaciones laborales, que convocaron la huelga general de la educación pública, opinaban en el documento que el diálogo y el consenso podrían aprovecharse para «rectificar» la adopción de medidas que afectarán a la calidad, en alusión al decreto-ley citado. Argumentaban que la «falta» de diálogo y negociación por el Ministerio sobre cuestiones que afectan a las condiciones laborales del profesorado y, sobre todo, a la calidad de la Educación los impulsaron a convocar tal movilización. También expresaban inquietud en cuanto a la reforma educativa que prepara el Gobierno.
El ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, ha dicho que cuando se abre un proceso de diálogo «se tiene que estar abierto a aceptar sugerencias y modificaciones de las partes». Wert ha añadido que «estamos abiertos a considerar no solo las ideas de los sindicatos, sino de todos los actores del sistema educativo». Para el ministro hoy empieza un proceso que conciben como «un proceso abierto, un proceso de diálogo sincero y profundo».
El titular de Educación, que ha participado en los cursos de verano de la Universidad Complutense de Madrid que han comenzado hoy con el tema ‘El Gobierno y la financiación de la universidad española’, ha recordado que hay una comisión de expertos que trabaja desde hace dos meses explorando las medidas para la mejora de la universidad española y que el Gobierno esperará a que finalicen sus trabajos para formular su proyecto de reforma.