- Los españoles que participan de forma activa en asociaciones
- religiosas triplican a los militantes de partidos políticos
11 de noviembre de 2013. 07:53h B. Tobalina/ R. Cruz -Madrid. Madrid.
Más con menos. Si algo ha conseguido esta crisis económica y política es que la solidaridad hacia el prójimo se acentúe, primando unos valores ético-religiosos que quizá se habían difuminado en exceso en tiempo de bonanza. A los españoles les importa más la religión que la política. Y es que, la religión cobra cada día mas importancia en la vida de la sociedad española. De hecho, la proporción de ciudadanos que participan activamente en una parroquia u otra asociación religiosa casi triplica a la de militantes de un partido político, según se puede extraer del avance de resultados del barómetro de octubre publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). De hecho, como asegura Jordi Monferrer, profesor de Sociología de la Universidad a Distancia de Madrid (Udima), «los partidos políticos han venido teniendo menos participación que las asociaciones religiosas a lo largo del tiempo». Como es habitual, la familia es el aspecto que más importancia tiene para los ciudadanos, con una calificación de 9,66 sobre 10 y mientras los encuestados dan a la religión una importancia de 4,01 puntos sobre 10, a la política sólo le otorgan un 3,66.
Si se echa la vista atrás se puede ver a simple vista cómo la confianza de los españoles en la clase política ha descendido. Los casos de corrupción que han salido a la luz y otros escándalos han conllevado el cambio de opinión. Con respecto a los datos del CIS del mismo periodo de 2012, la religión ha crecido en la misma medida que la política ha perdido credibilidad para la sociedad. Asimismo, el número de personas que acude varias veces a la semana a misa también aumenta con respecto al mismo mes del año anterior. De este modo, la cifra de católicos se mantiene estable: tres de cada cuatro españoles se definen como tal.
Dos son los motivos que justifican el cambio de opinión. «En una sociedad en su mayoría secularizada, como es la nuestra, la política tiene una importancia fundamental. Pero en España, los políticos y los partidos políticos se han desacreditado tanto que han perdido la confianza que los ciudadanos depositaban en ellos. De ahí que de alguna manera la propia sociedad haya buscado dentro de su propia estructura las respuestas y explicaciones emocionales. De este modo, del ámbito público se ha regresado a un ámbito más privado, como es volver a la religión, y no me refiero a la católica, sino a una religión más abierta, libre, de propia elección», explica Josetxo Beriain Razquin, catedrático de Sociología de la Universidad Pública de Navarra.
Beriain precisa que la crisis tiene orígenes económicos, pero afecta al ámbito político y también a la confianza del sistema. «De ahí que las creencias de las personas se hayan reconducido en unos casos a valores religiosos y en otros, a valores importantes para el individuo. En seis años la crisis económica, que ha derivado en crisis política, finalmente ha afectado al sistema emocional de valores y es ahí donde la religión vuelve a estar presente, pero no de forma tradicional», precisa el catedrático de Sociología.
Un viraje hacia lo que de verdad importa
En este sentido, el sociólogo Javier Elzo comenta que «la vuelta a los valores religiosos es un fenómeno que está apareciendo en Occidente, incluso desde hace unos años. A partir de 2005 noté un ligero repunte en niveles muy bajos. La secularización ha tocado fondo. La moda, el dinero, el fútbol no llenan y hay personas que vuelven a los valores religiosos». Para Elzo, el ciudadano no sólo se vuelca en la religión para sustituir la política, sino que también la abraza por otras cosas, como las referidas, que no aportan nada.
En cambio, para otros expertos este viraje no tiene que ver con la crisis política. Es el caso del sociólogo Amando de Miguel: «La crisis económica nos ha hecho volver nuestra mirada a la religión porque estamos más preocupados que en tiempos de abundancia. Pero a una religión entendida por los valores, no tanto por ir a misa. La crisis es el equivalente moral a una guerra, los padres están preocupados porque saben que sus hijos van a vivir peor que ellos, igual que sucede cuando los jóvenes tienen que ir al campo de batalla. Eso no es normal, de ahí que empiecen un proceso interno de búsqueda de valores. Y en la actualidad, la solidaridad hacia los pobres a través de valores religiosos nunca había tenido tanto fervor. Y lo dicho, esto es una forma de religión que no tiene nada que ver con ir a misa, puede ser un ateo y llevar a cabo acciones con principios religiosos».
En definitiva, «la crisis lo que ha hecho es distribuir el umbral de confianza y confiar más en la solidaridad, en los valores religiosos y en los valores seculares», concluye Razquin. Dicho de otro modo, frente al divorcio político y económico, los ciudadanos se han casado con los valores que realmente importan, como volcar su confianza hacia la solidaridad y el apoyo al prójimo. Eso es, al menos, lo que refleja el último barómetro del CIS y sobre lo que tan pocas veces se hace hincapié.
Fuente: www.larazon.es
Quizás también le interese:
Que los padres exijan a los poderes públicos el cumplimiento del artículo 27.3 de la Constitución
La clase de Religión, el analfabetismo religioso y la ignorancia cultural