Cerca de doscientos profesores de Religión de la Diócesis participaron ayer en el Seminario en una jornada sobre cómo utilizar la Historia del Arte en la enseñanza, explicando las características de las obras artísticas con contenido religioso pero también su significado.
El delegado diocesano de Enseñanza, Jesús Abad, abrió este encuentro en el que se habló del arte religioso cristiano como modo de expresión de la vivencia religiosa. La primera ponencia corrió a cargo de Carmen Yebra Rovira, de la Universidad Pontificia de Comillas en Madrid, que disertó sobre la lectura iconográfica de la obra de arte, relativa a una descripción externa y sobre el condicionamiento socio-cultural, y la iconológica, sobre el sentido de esas imágenes.
Posteriormente, Alicia Pérez Tripiana y María Ángeles Sobrino López, del Museo del Prado y autoras del libro Jesús en el Museo del Prado, disertaron sobre cómo integrar la iconografía e iconología, mientras que el profesor del Centro Teológico del Seminario ciudarrealeño, Francisco Manuel Jiménez Gómez, explicó la distintas formas de conectar la fe con la cultura artística a lo largo de la historia en períodos como el románico, gótico, renacimiento o barroco.
Así mismo, el encuentro contó con la ponencia ‘Tipificación de las vivencias cristiano-católicas y sus fundamentaciones en las confrontaciones más significativas de la cultura’, a cargo de Francisco José López Sáez, profesor del Seminario de Ciudad Real. En su intervención, López Sáez expuso las distintas claves de teología que se han dado a lo largo de la historia de la Iglesia en momentos de confrontación como cuando se produjo el encuentro con el mundo griego, cuando en la Edad Media aparecieron los planteamientos de distintas herejías y, posteriormente, con la lectura protestante.
A juicio de Jesús Abad, no se utiliza a veces lo suficientemente la Historia del Arte en la enseñanza religiosa y, si se utiliza, a menudo, “no quedarnos exclusivamente en una presentación puramente descriptiva”, cuando se debe explicar el sentido que tiene. Es decir, “se debe unir iconografía con iconología, los dos elementos constitutivos en una lectura completa de una obra de arte”.
Fuente: www.lanzadigital.com