- Viernes, 11 de Abril de 2014
Carta del Obispo de Jaén, Mons. Ramón del Hoyo López.
Queridos diocesanos:
Es un derecho primordial de los padres y una sagrada obligación educar a sus hijos según sus propias convicciones, así como recabar de la sociedad y de su comunidad cristiana la ayuda necesaria para el ejercicio de este derecho y el cumplimiento de esta obligación.
Nuestra actual Constitución Española y los Acuerdos vigentes entre la Santa Sede y el Estado Español garantizan a los padres la posibilidad de que en la escuela, también de titularidad estatal, los católicos que lo soliciten, reciban la enseñanza de Religión Católica. Lo mismo los miembros de otras confesiones cristianas y de otras religiones. Pero es necesario que los padres y alumnos mayores lo soliciten y reclamen del Centro correspondiente, y lo mismo del profesor de religión, para que respondan a este derecho con la enseñanza adecuada y el ejemplo y dedicación del correspondiente profesor o profesora.
Es cierto que la familia será siempre el factor principal de la educación de la fe y de las prácticas religiosas, de los niños, adolescentes y jóvenes, y que, la Parroquia o comunidades religiosas en que se desenvuelven sus vidas, forman también parte esencial de esa educación. La familia, la comunidad cristiana y la escuela tienen, cada una, un papel específico. Son todas juntas las que dan como resultado una educación integral, armónica y completa.
La enseñanza de la religión en la escuela, tiene de específico que se integra en el marco de las demás asignaturas. De esta forma, la religión no se presenta como algo ajeno al aprendizaje y formación de la persona, o como algo extraño a las demás dimensiones y saberes. Por ello, sacar la enseñanza religiosa de la escuela, como desde hace años vienen intentándolo con poderosos medios determinadas instancias, da la impresión de que la religión es algo inconveniente que no debe aprenderse en la formación integral de la persona, o es algo irrelevante, para lo que no merece emplear tiempo ni recursos.
El cristiano, sin embargo, está muy seguro que el aspecto religioso es parte integrante en una educación completa y sólida de la persona, para que abra su mente a lo trascendente y al amor, al respeto y colaboración con todos los ciudadanos libres, para ser respetuosos, creativos, no acomodaticios… para que tengan como ley suprema las enseñanzas de Jesús de Nazaret y su Evangelio.
Los padres cristianos deberán por ello estar muy atentos, si quieren esta educación para sus hijos a usar de todos los medios conducentes a este fin. Unirse, incluso, a otros padres para, de forma organizada hacer valer sus derechos de ciudadanos.
En el momento actual, es urgente que los padres, como los alumnos, pongan un especial empeño en favor de la formación religiosa de las nuevas generaciones tanto en la familia y comunidad cristiana, como en la escuela.
Mi saludo en el Señor.
+ Ramón del Hoyo López
Obispo de Jaén
Fuente: www.odisur.es
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