Nueve de cada diez alumnos eligen Religión como asignatura optativa
En ESO y Bachiller, desciende en porcentaje de matriculados en esta materia
MARÍA PLASENCIA La asignatura de Religión, pese a ser optativa para las familias, sigue siendo la elección preferida por los alumnos de Canarias: nueve de cada 10 estudiantes de Infantil y Primaria cursan esta materia. La mejor definición para analizar estos datos, según el delegado de Enseñanza de la Diócesis Nivariense, José Hermógenes Martín, es que «la educación religiosa goza de buena salud», e incluso destaca que es mejor que la asistencia a actos religiosos. «Los padres siguen matriculando a sus hijos en Religión, aunque luego no vayan a misa los domingos», resume.
Aunque defiende la buena salud de la materia, los datos con los que cuenta la Diócesis revelan que la proporción, no obstante, se reduce a medida que los escolares van avanzando en el sistema educativo y se deja la elección en manos de los propios jóvenes. De esta manera, el 60% de los matriculados en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) cursa Religión y el 44% de los estudiantes en Bachiller.
Al respecto, José Hermógenes Martín entiende que «los padres dejan en sus hijos una decisión tan importante como es la educación en valores que deberían trasmitirles desde el centro educativo» y apunta que «dejar la libertad de elegir a los jóvenes corre el peligro de que optarán no por lo mejor sino por lo más fácil y por eso prefieren la alternativa a la educación religiosa». Evidentemente, para el delegado diocesano de Enseñanza es un error, pero no porque se deje de lado Religión, sino porque la oferta de los centros escolares como alternativa «no enseña valores a los chicos, en muchos casos».
En ese sentido, recuerda que «hace algunos años, la opción, si no elegías Religión, era Ética» y apuesta por que «los centros escolares o la propia normativa vuelva a recoger una materia similar para que se enseñe a los alumnos una educación para la vida». A su juicio, «ante la época de vacío existencial que protagoniza la sociedad», una asignatura como la de Religión «aporta puntos de referencia: si Dios existe, implica que hay alguien que me ama y me conoce y que tengo una tarea en el mundo».
«Frente al vacío de valores, lo mejor es la enseñanza religiosa y moral, en los centros, en la familia y en la parroquia», insistió José Hermógenes Martín, quien apostó por que este tipo de formación en el aula no sea solo a través de las asignaturas concretas, sino que se entienda como una materia transversal a todo el sistema educativo. Para argumentar esta filosofía, recurre a la propia Ley Orgánica de Educación, normativa que aboga por «hacer que nuestros niños y jóvenes sean competentes para la vida», aunque puntualiza que «para ello se requiere del compromiso de los padres y del propio centro escolar».
Disminución
Al margen del elevado porcentaje de alumnado matriculado en la asignatura de Religión en los centros escolares canarios, José Hermógenes Martín admite que la carencia de una alternativa seria a la materia ha reducido «en torno a un 2%» la cifra de estudiantes. Aún así, insistió en que, «al pasar desde Educación Primaria a la Educación Secundaria, de cada tres escolares, uno deja la educación religiosa».
Para animar a los adolescentes a cursar esta asignatura, la Delegación de Enseñanza de la Diócesis Nivariense ha realizado algunas campañas informativas que incluyen diferentes actividades. Entre los actos, José Hermógenes Martín citó jornadas de convivencia entre alumnos de ambas etapas educativas, charlas de docentes y de estudiantes, cartelería que se difunde en los centros y todo un trabajo de publicidad en plataformas digitales y redes sociales.
«La laicidad no es excluyente»
En el sistema educativo y en relación a la enseñanza religiosa ha habido algunas polémicas entre las que se encuentra, de manera cíclica, la retirada de símbolos de las aulas. Aunque esta controversia apenas ha afectado a Canarias, el delegado de Enseñanza de la Diócesis Nivariense, José Hermógenes Martín tiene una postura muy clara: «aunque se apueste por un estado laico, no se puede entender la laicidad como la desaparición de lo religioso. Eso sería un laicismo excluyente contrario a los valores, precisamente, de la Constitución Española».
Por ello, defiende que «cada uno muestre si quiere su creencia religiosa o confesional, siempre dentro del respeto, porque todas las ideas tienen cabida en la expresión». Martín asegura que la eliminación de símbolos religiosos en los centros escolares no se conseguirá, ya que «hay sentencias que dan el derecho a expresar la confesión en espacios públicos». En ese sentido, aboga por una laicidad respetuosa, y no «excluyente» y anima a los poderes públicos a que «faciliten este ejercicio en lugar de limitarlo».
Fuente: www.laopinion.es