Los constantes escollos administrativos que desde finales del año 2010 ha tenido que solventar el Arzobispado de Pamplona para poder abrir un colegio en el edificio del Seminario le han llevado a tener que retrasar un año su puesta en marcha. Así se lo hizo saber el pasado jueves el delegado episcopal de enseñanza religiosa de la Diócesis de Pamplona y Tudela, Abel Arrieta Azpilicueta, a las 150 familias interesadas en escolarizar a sus hijos en el nuevo centro durante el próximo curso 2012-13.
El colegio, concertado, con un perfil católico y bilingüe (castellano-inglés) tiene previsto crecer un curso por año hasta completar el Bachillerato y ocupar una de las alas del edificio del Seminario, en la avenida Baja Navarra.
Disgusto y sorpresa
«El disgusto de los padres fue grande porque el proyecto del nuevo colegio ya está muy avanzado, pero a estas alturas ya no llegábamos al plazo de matriculación que comienza en febrero», comenta Abel Arrieta. «Respetamos la decisión del Ayuntamiento y hemos ido entregando cada informe que nos han requerido, pero cuando lo entregábamos nos pedían otro más y eso nos sorprende», añade.
Desde el Arzobispado también sorprende que se mezcle la apertura del nuevo colegio con el posible cierre de la residencia geriátrica Amma Argaray. «Van a ser dos centros totalmente independientes y para eso presentamos un informe. De todas formas, desconcierta que desde el Ayuntamiento nos pidan compromisos que exceden de sus atribuciones porque se trata de un edificio privado y de una empresa privada», asegura Abel Arrieta.
Profusos requerimientos
El trámite administrativo que el Arzobispado debe solventar en el Ayuntamiento de Pamplona es una modificación puntual del Plan Municipal para que este recoja el uso docente, además del religioso y asistencial que ya tiene asignada la parcela inicialmente. Para refrendar su solicitud, el Arzobispado y también la Universidad de Navarra han certificado que ese uso docente se ha dado en el edificio del Seminario desde su construcción.
Pero desde que el expediente urbanístico entró en el Ayuntamiento de Pamplona a finales de 2010, su devenir ha ido ligado a un profuso listado de requerimientos de uno u otro tipo. El primero partió del grupo municipal socialista, que pidió un informe al departamento de Educación del Gobierno de Navarra para avalar la necesidad del nuevo colegio. En febrero de 2011 el asunto se retiró del pleno porque el PSN consideró que el informe solicitado era demasiado «escueto». Además se solicitó que se hiciera una modificación y una adecuación de los planos. En apenas una semana el Arzobispado solventó el nuevo requerimiento, pero en abril se volvió a pedir una justificación sobre cómo iban a convivir los diferentes usos dotacionales en la parcela (religioso, asistencial y docente). Veinte días después se contesta, pero desde la Gerencia de Urbanismo se considera insuficiente y nuevamente se reclaman más datos que se solventan en diciembre pasado.
Y una vez más, a instancia del grupo socialista en el Ayuntamiento, el Arzobispado tendrá ahora que solicitar sendos informes de los departamentos de Educación y de Bienestar Social del Gobierno navarro, ambos para avalar la necesidad, primero del colegio y luego del centro asistencial.
Fuente: www.diariodenavarra.es
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