MONS. FERNÁNDEZ DEFIENDE, ANTE EL PP DE CÓRDOBA, LA VIDA Y LA CLASE DE RELIGIÓN

Hubo un tiempo, ha recordado el obispo de Córdoba, en que San Rafael, custodio de Córdoba, protegió a la ciudad de calamidades, como pestes, guerras y terremotos. Ahora hay que pedirle amparo frente a los problemas de hoy. En ellos ha estado la columna vertebral de la homilía que Demetrio Fernández ha pronunciado ante la imagen del arcángel en la iglesia del Juramento, en la misa solemne de cada 24 de octubre.

Ante un templo completamente lleno y bajo la imagen más emblemática del Custodio, el prelado ha pedido la intercesión de San Rafael para que ayude a los cristianos cordobeses a ser «defensores de la vida ya desde el seno materno». Para mostrar la trascendencia de este empeño se ha ido a la lectura del Apocalipsis que se había hecho en la misa, y que narra la lucha entre el bien y el mal. «Hay una batalla entre lacultura de la muerte, como decía San Juan Pablo II, y la cultura de la vida, acechada por nubarrones nada halagüeños», ha afirmado.

El obispo se ha lamentado de una sociedad «que recurre a los santos pero no es capaz de proteger a las familias», lo que equivale también a luchar contra «el terrible crimen del aborto». Porque para él es fundamental que en la sociedad se den las condiciones de protección a las madres para que «todos los niños puedan nacer y tengan un hogar que les acoja».

Lo que sucede con el aborto, ha insistido el obispo, «que mata adecenas de miles de niños todos los días», no tiene «una sola razón», y pasa por «que sea fácil nacer y no difícil». Lo ha dicho ante el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, y el subdelegado del Gobierno, Juan José Primo Jurado. También se ha referido a laclase de Religión, que no para, según él, de tener obstáculos por parte de la Administración cuando «el 95 % de los padres la quieren para sus hijos». A su juicio, «una sociedad que no respeta el derecho a educarse según las propias creencias crea personas menos libres».

Se ha lamentado por la situación de «grave necesidad» que atraviesan muchas personas y no ha evitado referirse a la corrupción, con una sola frase, pero contundente: «Me da vergüenza leer el periódico todos los días». Ha apelado a los cristianos, que llenaban el templo, a que se comprometan, ya que serlo «no es cosa de nombre, sino que se lleva en la familia, en la escuela y en el trabajo, sino lo mejor que puede suceder nunca». Su oración última se ha dirigido otra vez a San Rafael: «Que nos guíe por el camino para que la victoria de Cristo se nos anticipe».

Antes de esta misa y después, miles de personas se acercarán a rezar ante la imagen de San Rafael en el día que Córdoba dedica al que juró «por Jesucristo Crucificado» ser el ángel a quien «tiene Dios puesto por custodio de esta ciudad de Córdoba.»

Fuente: www.sevilla.abc.es