El Obispado de Alcalá de Henares recomienda el ejemplo de estos santos y beatos que se negaron a «bendecir» o a colaborar formalmente con «estructuras de pecado».
«Nec laudibus, nec timore»
Entonces le dijo Jesús: «Vete, Satanás, porque esta escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”» (Mt 4, 8b-10)
«Nec laudibus, nec timore»
Ni por alabanzas ni por amenazas me desviaré de los caminos de Dios
Para la oración y la meditación
Tres ejemplos de santos y beatos que se negaron a “bendecir” o a
colaborar formalmente con «estructuras de pecado»
Santo Tomás Moro, mártir
Dimitió como Canciller del Reino. Por haberse opuesto al rey Enrique VIII en la controversia sobre su matrimonio y sobre la primacía del Romano Pontífice, fue encarcelado en la Torre de Londres, en Inglaterra. Tomás Moro, fue padre de familia de vida integérrima y presidente del Consejo Real. Le cortaron la cabeza el día 6 de julio de 1535 por mantenerse fiel a la Iglesia Católica. Es patrono de los gobernantes y de los políticos. (Leer +)
Beato Franz Jägerstätter, mártir
Llamado a cumplir el servicio militar en 1943, en pleno conflicto mundial, declaró que como cristiano no podía servir a la ideología nazi y combatir una guerra injusta. Franz fue procesado por insumisión por un tribunal militar reunido en Berlín, que el 6 de julio de 1943 lo condenó a muerte. Permaneció detenido desde marzo hasta mayo de 1943 en la prisión militar de Linz; desde allí fue trasladado a una cárcel en Brandeburgo, en espera de la ejecución de la sentencia. El 9 de agosto de 1943, poco antes de que le cortaran la cabeza con guillotina, el p. Jochmann le administró los últimos sacramentos y le preguntó si necesitaba algo. El beato le respondió con gran entereza: “Tengo todo, tengo las sagradas Escrituras, no necesito nada”. Fue beatificado en 2007. (Leer +)
Beato Cardenal Clemens August von Galen, obispo de Münster
Desenmascaró la ideología neopagana del nacionalsocialismo. Gran resonancia mundial tuvieron, como punto culminante de su resistencia abierta contra el nacionalsocialismo, los tres famosos sermones que pronunció en el verano de 1941 ― el 13 de julio y el 3 de agosto ― en la iglesia de San Lamberto y ― el 20 de julio ― en la parroquia de Nuestra Señora en Münster, llamada “Überwasserkirche”; en ellos condenó los abusos del Estado y reclamó el derecho a la vida, a la inviolabilidad y a la libertad de los ciudadanos. Fustigó duramente el asesinato de los discapacitados físicos y mentales a los que el nacionalsocialismo consideraba “improductivos”. Fue un gran testigo de la fe, que en tiempos oscuros hizo brillar la luz de la verdad y tuvo la valentía de enfrentarse al poder de la tiranía del Nazismo en total fidelidad a la Doctrina Católica. El Beato von Galen alzó su voz en defensa de los derechos de los pobres y los enfermos, protestando con fuerza contra la eutanasia, y contra la persecución de judíos o la expulsión de religiosos. La autoridad nacional se sintió fuertemente herida y quería detenerlo y asesinarlo. Fue beatificado en 2005 por el Papa Benedicto XVI. Su lema episcopal era: «Nec laudibus, nec timore» (Ni por alabanzas ni por amenazas me desviaré de los caminos de Dios). (Leer +)