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ISABEL GARBAYO, FUNDADORA DE VILLA TERESITA, FALLECE A LOS 106 AÑOS

 

El pasado miércoles, a las diez y media de la noche, el médico de urgencias certificaba la muerte de la fundadora de Villa Teresita, Isabel Garbayo Ayala, de 106 años de edad. Murió en su habitación, en la misma casa de acogida que esta comunidad alberga en Beloso Alto (Pamplona) desde 1977. El mismo hogar que durante estos años ha recogido a las mujeres en situación de exclusión por ejercer la prostitución. Isabel Garbayo murió unas horas antes de la celebración de la Inmaculada. Un día muy señalado para ella, porque era durante las vísperas marianas, cuando le gustaba especialmente visitar a las mujeres en las «casas públicas».

Villa Teresita es en la actualidad una institución formada por 20 religiosas y más de 250 voluntarios por toda España, en la que sus miembros hacen los tres votos de consagración personal y dedicación de por vida.

La madre Isabel, así la llamaban , por su «sencillez y cercanía a los demás», nació en Pamplona el 23 de febrero de 1905. Hija de Paula y Silvestre, era la menor de diez hermanos. Tocaba el piano y hablaba francés. Sus estudios eran los básicos de entonces.

En 2005, fue condecorada por el expresidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, con la Cruz de Carlos III el Noble, como reconocimiento a toda una vida dedicada al trabajo. Isabel Garbayo no pudo acudir pero recibió la medalla en la cama. El mismo Miguel Sanz se acercó personalmente a llevársela.

Una mujer «osada»

«Que todas sepan que el hogar que se les brinda, es la casa de Dios, en la que todas están invitadas, acogidas con gozo y gratitud por las hermanas que las aman, y miren estas su entrada en la casa como si entrara un tesoro», decía Isabel Garbayo. «Era una mujer sencilla. Osada en su tiempo. Una mujer que pasó desapercibida y que se dedicó por completo a las mujeres excluidas». Así la definen desde Villa Teresita. Una comunidad que hoy sigue sus pasos como en sus inicios.

Todo empezó, cuando Isabel Garbayo Ayala, haciendo buenos los principios de su santa carmelita de cabecera, Santa Teresita de Lisieux, quiso seguir sus pasos y se acercó a los pobres y marginados. Vecina de la Navarrería, pensó que sus prójimos más cercanos eran los residentes del antiguo Hospital de Santo Domingo de Pamplona. Visitó a los niños de etnia gitana. Entabló contacto con mujeres que padecían enfermedades como la sífilis. Se interesó por su situación, entonces permanecían aisladas socialmente. Visitó las siete «casas públicas» donde vivían recluidas y conoció sus condiciones de vida: necesitaban un carnet especial expedido por la policía, no podían asistir al cine…

Miembros de su familia y amigos se escandalizaron por sus nuevas amistades. Incluso, algunos sacerdotes desaconsejaron su vocación. Pero ella siguió saliendo al encuentro de las excluidas, anunciándoles el Evangelio y apoyándoles en su proceso de liberación y de recuperación de la autoestima.

El 18 de marzo de 1942 nació Villa Teresita en un chalet alquilado por 250 pesetas/mes. Un año más tarde, cuando ya habían pasado 41 chicas por el centro, Isabel y su amiga Blanca Goñi pronunciaron los votos de pobreza, castidad y obediencia, consagrándose a una obra que daría de sí la fundación de otros hogares: Valencia (1956), Granada (1957) Madrid (1961) y Barcelona (1963). Más tarde, fundarían en Las Palmas de Gran Canaria (1971); en Beloso Alto, en Pamplona (que sustituye en 1977 al de San Juan), y en Sevilla (1978).

Hoy, las «hermanas» continúan saliendo día y noche al encuentro de las prostitutas en las calles de Pamplona, en los clubes donde trabajan, y las acogen si ellas lo piden. Villa Teresita se convirtió así en un hogar para estas chicas. A partir de su entrada, las hermanas, tratan de proporcionarles instrumentos de inserción social. Y de esos encuentros, va surgiendo una relación de amistad, en la que se sienten queridas, respetadas y valoradas. «Es importante que ellas nos sientan cercanas», apuntan. «Estamos a su lado para recordarles que tienen dignidad y derechos; que es posible una vida mejor y que nosotras estaremos a su lado para apoyarlas».

Fuente: www.diariodenavarra.es 

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