El pasado 14 de diciembre Diario de Navarra y Diario de Noticias publicaban esta carta al director titulada «Profesores de religión, Navarra y el cangrejo» haciendo referencia a la involución que se ha dado en Navarra respecto de la asignatura de Religión Católica y sus profesores en comparación con otras comunidades independientemente del color político de sus gobiernos.
No es cuestión de hacer historia, pero lo cierto es que el profesorado de Religión arrastra una permanente demanda que afecta a sus condiciones laborales. En los años 80 y hasta casi el 2000, los maestros de religión trabajaron en la escuela pública como el que más, pero sin contrato ni Seguridad Social. Todavía quedan flecos sin resolver a la hora de la jubilación para aquellas personas.
Será en junio de 2007 cuando la situación laboral aparentemente cambie de modo radical. Se pasará de contratos anuales a un contrato indefinido. Se accederá al destino en acto público, como los demás docentes, habrá un baremo de méritos… Navarra fue pionera en aplicar la nueva normativa. En el curso 2007/08 fuimos la única CCAA que hizo actos públicos, que baremó al profesorado. Pero tal vez fruto de esa rapidez, lo cierto es que las cosas no se hicieron del todo bien.
Ese mismo curso fue de estreno para el nuevo Gobierno foral salido de las urnas, y también en la parte sindical se renovó la representatividad del profesorado de Religión, pasando USO a ser el sindicato mayoritario en este colectivo. Unos y otros hemos coincidido en estos casi cuatro cursos que hay que mejorar y aclarar las condiciones laborales de este colectivo. Pero no nos ponemos de acuerdo. Para nosotros hay que poner sobre la mesa todas las cuestiones que pueden provocar y provocan cada año desajustes laborales y darles la mejor salida posible. Para el departamento de Educación hay temas intocables y no negociables.
Mientras tanto, las otras CCAA, independientemente de su color político, van regulando la situación laboral del profesorado de Religión, incluso se abordan y llegan a acuerdos en esos aspectos que en Navarra no se quiere hablar. Podemos concluir, sin temor a equivocarnos, que hay una falta de voluntad por parte de los responsables del Gobierno de Navarra, para regular, como en el resto de CCAA, la situación laboral del profesorado de Religión. En 2007 fuimos los primeros; de seguir a así, pronto seremos los últimos. O sea, como el cangrejo, que vamos para atrás.
Fernando Jorajuría Zabalza