ARQUEOLOGÍA EN LA CATEDRAL DE PAMPLONA

Un libro repasa el origen del culto cristiano en el actual enclave de la catedral de Pamplona


El arzobispado de Pamplona y Tudela ha editado una publicación de divulgación científica que, con el título ‘Arqueología en la catedral de Pamplona. El origen del culto cristiano’, presenta el estudio de distintos testimonios que sucesivamente han constituido la historia de la catedral y de la ciudad.

12.03.2021
Sus autoras, las arqueólogas Mª Ángeles Mezquíriz Irujo y Mercedes Unzu Urmeneta, describen, basándose en evidencias arqueológicas, los análisis de los diferentes edificios de culto superpuestos.

Las primeras menciones históricas sobre la ocupación de este espacio se remontan al siglo X, con motivo de la campaña de Abderramán III contra Pamplona.

Sin embargo, los testimonios arqueológicos documentados en las distintas campañas de excavación realizadas en el área de la catedral evidencian una mayor antigüedad para la presencia de una comunidad en este enclave. Bajo el templo actual se ha encontrado su pasado como centro religioso cristiano, que se superponía a las edificaciones de época romana en los cinco primeros siglos.

También, en el subsuelo de la catedral se localizaron algunos restos de época protohistórica que remontan al primer establecimiento humano en Pamplona hasta la Edad de Hierro Inicial (siglo VII a.C.).

Este primer asentamiento estuvo habitado durante toda la Edad del Hierro, dando lugar al oppidum prerromano que en el siglo I a.C. Sirvió como núcleo originario de la Pompelo romana.

La intervención arqueológica en el interior de la catedral ha comprendido la recuperación de un patrimonio histórico-artístico que pone en evidencia la unidad histórica y espiritual de la catedral de Pamplona. «De este modo el templo catedralicio se ha convertido en un monumento vivo y operante de nuestra memoria, al recogerse en la misma los vestigios de nuestro pasado, todo aquello que contribuye a conocernos mejor a través de los que nos han precedido en el tiempo», ha destacado el Arzobispado.

Al plantear una actuación arqueológica en el templo catedralicio se tuvo en cuenta la compleja superposición de estructuras, por ser una construcción con una larga evolución histórica, además de la imposibilidad de intervenir en algunos sectores.

Por otra parte, las características del depósito arqueológico se conocían de una manera general gracias a los trabajos previos en el área de la catedral, que habían ofrecido información significativa de la estratigrafía y estructura urbana antigua.

Superpuesto al Ninfeo de época romana, se identifica el primer espacio de culto cristiano, el edículo, de los siglos IV-V. A partir de esa pequeña construcción se suceden cronológicamente los restos de la basílica visigoda, el templo prerrománico y la catedral románica.

Fuente: 20 minutos

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